jueves, 17 de diciembre de 2015

Miedo a los pertardos

Hoy vamos a tratar un tema de actualidad en estas fechas. Puede que el miedo a los petardos o voladores sea uno de los problemas de miedo más comunes en perros domésticos.
En fechas claves como navidad el gran numero de celebraciones seguidas agrava el problema en animales sensibles. El problema con las fobias y miedos es que una vez ha ocurrido la sensibilización, es decir, una vez que el animal ha relacionado un suceso con algo negativo, la exposición a este estímulo le desencadena respuestas fisiológicas de estrés "para huir del monstruo", el problema viene cuando ese "monstruo" no lo podemos controlar y no se puede huir de él. En fechas señaladas la gran acumulación de eventos de este tipo puede hacer que los problemas de fobias y estrés asociado se intensifiquen e incluso se generalicen,  ampliando el número de estímulos (normalmente ruidos) que van a desencadenar la respuesta. Esto, evidentemente, dificulta mucho más la vida del animal y sus propietarios 

¿Qué podemos hacer?
fuente: blog advantix

Pues, se puede actuar desde diferentes frentes:

- Como ciudadano: Evita usar pirotecnia, sobretodo en ciudades y zonas muy pobladas.

- Si tu perro ya tiene miedo:
 En estas fechas, lo único que podemos y debemos hacer es protegerlo. Los días clave, busca un lugar tranquilo donde esté lo más aislado posible de ruidos y pueda estar cómodo. Llévale a ese sitio seguro y dale un buen hueso para roer para que esté lo más tranquilo y cómodo posible antes de que empiecen los voladores.  Puedes ayudarle a estar más cómodo en el sitio que el elija o intentar proporcionarle uno mejor. Si se esconde, permíteselo. Acompáñalo habla y haz ruidos cotidianos para disimular los ruidos, puedes poner la televisión o radio un poco altas. Hay cierta controversia sobre si debemos mimarles o consolarlos en estos momentos. Pero si tu perro ya tiene miedo y es él quien te busca no debes darle la espalda.
 Para ayudarle a estar tranquilo existen complementos como los difusores y collares de feromonas de apaciguamiento canino o complementos nutricionales que les ayudan a estar más tranquilos, pero este último hay que empezar a dárselos con anterioridad. En casos muy graves quizás sea aconsejable usar alguna medicación los días clave. Consulta con tu veterinario y etólogo.
Cuando pase el temporal, hay que intentar no olvidarnos del problema. Se puede seguir un programa de desensibilización progresiva. Consulta con un profesional para ello. El programa debe consistir en una exposición controlada a los estímulos que le causan miedo. Cuidando mucho el entorno y la intensidad del estímulo.

- Si tu perro  no tiene miedo aun,  pero se muestra inseguro  : Los perros no nacen con miedo, pero para algunos los ruidos pueden ser desagradables. Si tu perro se para y te mira cuando suena un ruido  o se muestra inquieto, dando vueltas y mirando al rededor. Has de intentar actuar con naturalidad y sin darle importancia alejarle tranquilamente del ruido. Cambiar el entorno y la actividad. En mi opinión esté es el momento de no prestar excesiva atención al perro. Lo que está ocurriendo es que el perro no sabe si lo que ocurre es normal y te está observando para saber si hay que asustarse o no. Estos son los casos en los que poner un tono de consuelo o un exceso de atención o mimos puede ser desaconsejable. Pero ojo, tampoco conviene que le expongamos en esos momentos. Todo lo contrario, hay que conducirlos a un sitio y/o situación más seguras. Si el perro se ve obligado a permanecer en un entorno desagradable para él podemos estar dando origen a una futura fobia. Lo que es más, aunque nuestro perro sea seguro y no tenga miedos no conviene tirar demasiado de la cuerda. No le expongamos a situaciones muy complicadas, en especial si estas se repiten mucho en poco tiempo o se juntan diferentes situaciones estresantes en la misma época. Hay que pensar que los cambios de rutina en casa, pasar mucho tiempo solos o a horas desacostumbradas, las visitas repentinas y fiestas en casa se pueden unir a paseos por calles muy bulliciosas, visitas a ferias y encima de todo eso están los voladores. Hasta un perro sociable y seguro de si mismo puede, en momento dado, verse abrumado y sentirse inseguro.  

Espero que con este artículo podamos contribuir un poco a que todos en casa, sea de la especie que sea tengan unas felices fiestas.



miércoles, 2 de diciembre de 2015

¿Quiero o puedo tener un perro?



Se acercan fechas navideñas y muchas familias se plantearán la opción de regalar a sus hijos o pareja ese ansiado perrito. Son muchas las preguntas que debemos hacernos a este respecto. Una es si quiero o puedo tenerlo, lo cual trae consigo una considerable lista de preguntas extras que deberíamos hacernos. Pero una vez que decidamos que estamos dispuestos a cambiar nuestras vidas para introducir en ellas a un nuevo miembro de la familia. Habrá que ver cuál es el indicado para nosotros.
Con este artículo pretendemos ayudar a analizar nuestra vida y entorno familiar para decidir responsablemente.


En primer lugar tenemos que tener en cuenta que todos los perros tienen una serie de necesidades básicas y chequear si estamos dispuestos a hacer los sacrificios necesarios. Estas necesidades mínimas serían:

1º Recibir nutrición adecuada
2º Recibir la vacunación y atención veterinaria en caso de enfermedad o accidente
3º Salir a la calle y hacer ejercicio. Todos los perros necesitan hacer algún ejercicio y salir a la calle al menos una vez al día si nuestra casa tiene jardín y al menos 3 si no lo tenemos.
4º Recibir atención y cariño.

Esto nos supondrá un desembolso económico y una importante inversión de nuestro tiempo.
¿Estamos dispuestos a ello? ¿Podemos permitírnoslo?

Si la respuesta a estas preguntas es un Sí rotundo la siguiente que debemos hacernos es ¿Qué perro es el adecuado para mi?. Es posible que nuestro hijo o nosotros mismos tengan una ilusión tremenda en tener, por ejemplo, un bulldog francés. Si la decisión de tener un perro flaquea ante la idea de tener otro tipo de perro, debemos pararnos a reflexionar si realmente queremos un perro o si, en realidad, queremos un estereotipo idealizado. Por favor, no seleccionen al perro por su apariencia o únicamente por impulsos emocionales.

Las necesidades básicas de cualquier perro se pueden ver multiplicadas por 10 en según que animales, al igual que los problemas que esto acarree si no estamos preparadas para ello.

Si quieres un perro de raza infórmate antes de sus características, en especial de su carácter y posibles problemas veterinarios. Hay perros estéticamente muy bonitos que pueden tener unas pulsiones instintivas muy fuertes que les hacen ideales para perro de caza o trabajo pero que en la ciudad pueden ser grandes problemas y otros que con alta probabilidad nos van a hacer pasar mucho rato en el veterinario.

Lo siguiente que debemos pensar es si queremos un cachorro o un perro adulto. Si bien es cierto que el cachorro está por moldear y lo podemos intentar adaptar a nuestra familia, también es cierto que este proceso puede ser duro y que si no tenemos experiencia y paciencia puede ser un arma de doble filo. Muchos perros adultos con problemas fueron cachorros que no recibieron la educación, atención y cuidados necesarios o adecuados cuando eran cachorros. Si no queremos pasar por el proceso de la educación, limpiar pipis y cacas dentro de casa y aguantar unos cuantos destrozos (algo casi inevitable con los cachorros), deberíamos plantearnos dar una segunda oportunidad a un perro adulto. En refugios y protectoras hay miles de perros esperándola, la gran ventaja de estos perros es que podemos conocerlos antes de adquirirlos. Podemos encontrar así el perro que se ajuste a nuestro estilo de vida y en cualquier caso mejorar el suyo.

El consejo general es, piénsalo bien. Si lo necesitas pide asesoría a un profesional y al personal de refugios si te decides por esa opción. No te dejes llevar por impulsos del corazón e infórmate antes. No le harás ningún favor al perro ni a tu familia llevándotelo a casa para después tener que deshacerte de él.